6.8.18

Obstinación de la poesía (I)

La poesía es un género que nos esforzamos en ver allí donde no está – en una puesta de sol, en un slam, en las convulsiones estéticas de un artista – y a no verlo allí donde se encuentra: en un cara a cara del poeta con la lengua. Su insignificancia económica la condena a la oscuridad ; sin embargo, las recopilaciones, las revistas, los sitios que le son dedicados siguen floreciendo. Y reservan bellos descubrimientos a quienes se toman el trabajo de acostumbrar su ojo y su oído.


Por Jacques Roubaud

En el siglo XXI ahora firmemente instalado, la poesía sigue perdiendo terreno en los periódicos : Le Monde des livres puede dejar pasar un año entero sin dar cuenta de un solo libro nuevo de poesía francesa contemporánea ; las librerías, la mayoría de las cuales ni siquiera tiene una sección dedicada a este género, y la televisión (aunque eso ya era evidente en el siglo precedente) no se interesan. Una especie de incomodidad impedía hasta hace poco a las autoridades culturales extraer consecuencias de esa realidad social. Finalmente se han abandonado, quizás sin darse cuenta.

Esta situación tiene como consecuencia (o es una consecuencia de) la casi inexistencia económica de la poesía – en todo caso de la que se compone en este momento. La poesía ya no tiene importancia, luego no se vende. Ciertamente este género literario no es el único que ha visto debilitarse sus “cuotas de mercado” en la escena cultural contemporánea. La novela, la literatura en general, incluso el libro están afectados. Pero en el caso de la poesía nos encontramos ante una forma extrema de ocultación. ¿ De quién es la culpa ?

La responsabilidad de este estado de cosas se imputa, desde hace casi un siglo, con una conmovedora obstinación, a los propios poetas. Toda una panoplia de acusaciones se despliega siempre para explicar y justificar la desafección comercial : los poetas contemporáneos son difíciles ; son elitistas ; esta actividad es cursi y anticuada. Los poetas son narcisistas ; no se dan cuenta de lo que pasa realmente en el mundo: no intervienen para liberar a los rehenes , para luchar contra el terrorismo ; no reabsorben la fractura social ; no hacen nada para salvar al planeta. Ellos no hablan la lengua de todo el mundo, etcétera. He ahí por qué no se los lee. No hacen otra cosa que emprenderla con ellos mismos.

Es más bien inútil comentar estas acusaciones. Digamos solamente esto : quien se interesa en la poesía, ama y conoce a Hugo, Baudelaire, Rimbaud, Apollinaire, Eluard, Aragon, Char y Michaux, por ejemplo, pero juzga `difíciles’ a los poetas de su tiempo, no los lee, no comprende que escriban de una manera que les parece incomprensible, se encuentra en la misma situación que quien, afectado por una enfermedad grave, obligado a guardar cama un mes, encuentra, convaleciente, una dificultad muy grande en caminar e incluso en tenerse en pie. La situación del lector de poesía que ha dejado de leerla es similar : cuanto menos se lee, menos se lee, y lo que, por azar, se intenta leer entonces parece impenetrable.

El verso internacional libre (VIL)

La situación qua acaba de ser descrita no ha carecido de efecto sobre los propios poetas. La primera acción de la « caída de poesía » ha sido precipitar una evolución formal, en curso desde hace mucho tiempo. Ha habido el verso libre standard de los surrealistas remplazando el verso contado-rimado tradicional, su demolición por la vanguardia de los años 1960 (Denis Roche) y la conversión bastante extendida al verso internacional libre (leer -en francés- « Ni compté ni rimé »), importado, como tantos otros productos, de Estados Unidos : el VIL es un verso ; no es ni contado ni rimado, y más generalmente ignora las características de una tradición poética en una lengua dada ; « va a la línea » evitando las rupturas sintácticas demasiado fuertes. Se puede hacer VIL en casi todas las lenguas. ¿Cuál es la ventaja? Se evitan sin demasiadas dificultades los terribles « derechos de aduana de la traducción », que disuaden a los editores y a los traductores ; y se escapa a un encierro en las « fronteras del dialecto », temible en la hora de la globalización.

El VIL está todavía muy presente en la escena poética mundial, en todo festival internacional, antología o revista. Sus exigencias formales son bastante débiles. Y ese hecho implica un deslizamiento cada vez más sensible hacia una fase (¿última?) de la evolución formal : aquella en la que el verso mismo ya no es considerado necesario. Existía ya esa tendencia en los años 90 del siglo difunto – yo lo he constatado frecuentemente - a desaparecer, a la lectura, en la dicción de un gran número de poetes, que leían sus poemas como prosa ornada retóricamente por la voz, pues es preciso hacer ver que se trata de poesía. En esas condiciones, ¿porqué no componer simplemente prosae ? La poesía, y esto es especialmente sensible entre los poetas más avanzados de Francia y de Estados Unidos, se hace entonces mediante pequeñas prosas cortas, pero no visiblemente narrativas : la ausencia de una trama narrativa neta se convierte así en el marcador único de la pertenencia al género poesía.

¿Se puede aún decirse poeta?

¿Pero por qué entonces mantener la afirmación de pertenencia a la categoría « poeta » ? Las respuestas son con frecuencia contradictorias y ambiguas. La debilidad de la poesía en el campo económico supone – y hay en ello una consecuencia natural del tipo de sociedad en la cual un poeta, como los otros, vive – un desprecio más o menos evidente de este mundo hacia aquellos que osan reivindicar ese nombre. La poesía no aborda los acontecimiento poco agradables que se producen por doquier (por otra parte, ese no es para mí, su papel). Pero si por azar amagase con hacerlo, se le responderá del mismo modo que Stalin habría respondido a alguien que le hablase de la oposición del papa a su política : «¿ Con cuantas divisiones cuenta el Vaticano ? » Para el mundo y para las páginas de los periódicos ser poeta no es, en el fondo, estrictamente nada.

Por otra parte, se dirá, la poesía, cosa noble, ya no es en absoluto lo que hacen los poetas. La poesía está en otra parte : en la canción, en la puesta de sol, en la novela, etc. Para el mundo, pues, ya no es concebible más que si se la halla donde no está. La poesía está muerta a todos los efectos prácticos, pero su aura permanece. Puede (bajo alguna forma, pero la menos reconocible posible en la poesía de los poetas) servir, por ejemplo, a la « cultura de empresa ».

No es sorprendente que, para muchos, el hecho de declararse poeta en nuestros días tenga algo de ridículo, incluso de vergonzoso. Los efectos de descomposición formal mencionados más arriba se conjugan entonces con el sentimiento de inadaptación al mundo, y un deseo legítimo de reconocimiento social, para conducir a un gran número de poetas a no presentar sus libros como poesía, a negar que son poesía ; lo que no les impide, a ellos o a sus editores, presentar solicitudes de subvención al Centro Nacional de las Letras, ante la comisión « poesía ».
<
Y luego, inevitablemente, excelentes poetas, decepcionados por la ausencia de eco que encuentran (sin ventas, con esperas de uno, dos años para ver sus libros publicados, por lo demás, por editoriales pequeñísimas o por cuenta del autor, el silencio asegurado de la prensa, etc.), pasan a otras actividades: la novela, el teatro, el cine o la ópera.

Productos de sustitución

Siendo la poesía mundanamente inútil, es decir invendible , pasada, superada, género literario moribundo, muchos espíritus positivos han pensado que no sería malo que desapareciera. Y que su lugar sea reservado en lo sucesivo a un producto de sustitución nuevo, liberado del yugo del pasado literario, « absolutamente moderno » en suma. A eso se había dedicado anteriormente la autoproclamada vanguardia, instaurando en su lugar el TEXTO. El « texto » ha desaparecido, en apariencia sin dejar rastros, pero recientemente se ha podido registrar un resurgimiento, bajo la forma del documento poético.

Se trata de una nueva forma del « texto », que reivindica para sí un estatuto serio, menos metafísico en apariencia que su predecesor, casi científico. Pero menos radicales que sus ancestros de los años 60, los fundadores de este nuevo género literario lo han ataviado con el adjetivo « poético ». Han intentado justificar el empleo de este adjetivo que, para todo el mundo, evoca la poesía, tal como existe en todas las lenguas de Europa desde hace varios siglos, por un razonamiento etimológico. Jean Paulhan, en un saludable librito, La Preuve par l’étymologie, ha señalado hace tiempo el carácter burlesco de este tipo de razonamiento (del que algunos filósofos abusan) ; éste reposa sobre una hipótesis muy poco verosímil : que el sentido de un término evoluciona a lo largo del siglo de manera estrictamente paralela a la sustancia lingüística que lo constituía en su origen. En el caso del « documento poético », el adjetivo, interpretado etimológicamente, está destinado a beneficiar el « documento » con el efecto fantasma que tiene la palabra « poesía ».

Seguir leyendo

5.8.18

Obstinación de la poesía (y II)

(Continuación)
De lo que precede parecería dimanar que los días de la poesía están contados. Sin embargo, en la masa de los que ya no son, o casi no son, lectores de poesía, y que son incluso cada vez menos lectores, sin más, el atractivo de la poesía no ha desaparecido. Se puede hablar, trasladando el título de un libro de Paul Fournel ('Besoin de vélo') de una « necesidad de poesía ». Los progresos técnicos, que permiten las publicaciones poco costosas, y sobre todo el desarrollo exponencial de la Red, con la multiplicación de las web y de los blogs, favorecen la expresión de ese deseo. La naturaleza misma de la poesía que se hace en los poemas, generalmente de dimensiones modestas, le permite ser mucho más accesible en pantalla que la novela, por ejemplo (¿quién ha leído ya En busca del tiempo perdido en su monitor?). Yo no prejuzgaría el porvenir del e-book, que se nos promete regularmente desde hace años, pero aún no tiene su existencia muy asegurada. El « mercado », ese personaje omnipotente que reina en el mundo, le prepara el terreno, por ejemplo, comenzando a vaciar las bibliotecas públicas de sus libros (cada día más numerosos en venta en la red) ; pero hay que constatar que se encuentran muchos poemas en la web, y que la poesía, de ese modo, llega a más lectores que el libro, que apenas se vende.

Simultáneamente, las lecturas de poesía, los encuentros especiales se han multiplicado, y los auditorios son frecuentemente de dimensiones respetables. La economía, sin embargo, de nuevo, juega un papel en este fenómeno : muchas municipalidades han descubierto que era mucho menos costoso invitar a uno o dos poetas que a un cantante, una orquesta o un ballet. Es en ese contexto donde la « necesidad de poesía » ha encontrado un modo de expresión original : el slam.

Slam

La « necesidad de bicicleta » se expresa mejor tripulando una que viendo el Tour de Francia en la televisión. El éxito de los ‘Vélib’, en París, lo prueba. Del mismo modo, la necesidad de música encuentra una salida en el karaoke y la asistencia a conciertos, pero sin duda es mejor satisfecha por la participación activa en un coro o en un grupo de rock. La invención del slam, al menos inicialmente, reposaba sobre un postulado explícito : todo el mundo es virtualmente poeta. Todo el mundo, pues, puede « hacer de poeta ». El slam, se dice, es un « arte de expresión popular oral, declamatorio, que se practica en lugares públicos como los bares o sedes asociativas, bajo la forma de encuentros y de ‘justas’ oratorias ».

Extraigo lo siguiente de una presentación del slam : « La palabra “slam” designa en argot americao “el golpe”, “el impacto”, prestado de la expresión ‘ to slam a door’, que significa literalmente “dar un portazo”. En el cuadro de la poesía oral y pública, se trata de de atrapar al auditorio por el cuello y de golpearle con las palabras, las imágenes, para sacudirlo, emocionarlo. Otra definición es dada por el iniciador del movimiento, Mark Smith, en su intervención en 2005 en el Grand Slam national de Nantes : él explica la elección de ese término por su sentido deportivo y lúdico de competición (tenis, basket, bridge, etc.). »

Cabe señalar varias características del slam, tal como se practica en Francia :

— Es oral.

— No tiene, a priori, intención artística – prueba, según sus iniciadores de su carácter « democrático » : Smith tenía como meta «socavar la noción de calidad en la poesía : algunas personas, miembros de un jurado arbitrario expresaban su gusto subjetivo ». Los abundantes ejemplos que se pueden consultar, leer y escuchar en las redes muestran que, en efecto, la producción slamista es de una indigencia espectacular. (Esto no quiere decir que no podría también producirse poesía en el sentido usual del término.)

— En principio, el slam es un arte de improvisación. Así pues se relacionaría con la poesía tradicional popular.

— Se pretende hacer renacer « un viejo género literario medieval : la tensón (la tençon occitana de los trovadores), durante la cual dos poetas se confrontan en una justa oratoria sobre un tema fijado de antemano ».

Esta genealogía prestigiosa reposa sobre un contrasentido : la tensón de los trovadores era infinitamente sabia y suponía un público capaz de apreciarla. Al igual que la poesía tradicional improvisada, se apoyaba sobre prácticas muy antiguas, utilizando formas complejas y limitadas. Es imposible aproximarse a tales modelos en la ignorancia general de la poesía que se ha hecho y se hace. Por eso, en la producción « slamista », no se encuentran más que residuos de poesía clásica privados de sus condiciones de existencia, métrica y ritmo. La rima ha salido de su largo sueño, pero caído en el estado minimal con el que reina en las composiciones de la escuela primaria. Se detectan unos recuerdos escolares delicuescentes, sobre todo, la expresión de los sentimientos más planos, emociones indistinguibles de las que ofrecen las series televisivas. Subrayemos que este aspecto « semántico » del slam le hace aparecer como desvío y degeneración, que no se reivindica como poesía. Del mismo modo, antaño, el rock nació de un desvío del blues.

El vrum-vrum

El slam, sin duda, no presenta un peligro muy grande para el ejercicio elemental de la poesía. Tampoco lo supone para el fenómeno que yo bautizo aquí « vrum-vrum ». Se trata de la invasión del campo de la poesía por lo que se ha denominado « poesía de performance » y que en estrecha colaboración con los « actores culturales » públicos o privados, presos de una pasión devoradora por el « espectáculo en vivo », tiende a convertirse en el modo privilegiado de existencia de la poesía, excluyendo lo escrito en beneficio de la oralidad. Así proliferan las manifestaciones que se declaran poéticas, por ejemplo festivales internacionales de poesía, « poetas » cuya actividad, presentada al público como poesía, consiste en rodar escalera abajo, desgarrar en escena una gruesa lista telefónica, producir con ayuda electrónica, secuencias sonoras increíbles y admirables, que no incluyen una sola palabra. Cuando la lengua es utilizada, en muy elevado número de casos, su puesta negro sobre blanco produce un texto mediocre, como sucede en tantas canciones, pop, rock o no, si se las priva de música.

Todas esas producciones son honorables, a veces impresionantes, a veces, raramente (lo que no tiene nada de sorprendente), de calidad artística muy grande, pero ¿por qué bautizarlas « poesía »? ¿Por qué no nombrarlas música, gimnasia, ópera, número de circo, sketch, canción, ballet, strip-tease? Una de las obras reivindicadas como emblemáticas por los adeptos del vrum-vrum, la ‘Ursonate’ de Kurt Schwitters, se anuncia precisamente como música y no como poema. Se puede formular la hipótesis siguiente : ciertamente lo que permite esta deriva irrisoria es la casi inexistencia de la poesía en lo real económico. Un « poeta » de este tipo, que no presenta otra cosa que sonidos, no tiene nada que temer de la competencia feroz que encontraría si quisiera imponerese en el campo musical.

Leer y decir

Yo no soy profeta y no sé si el vrum-vrum se convertirá o no en la única forma conocida de poesía. Sin llegar hasta ese estado extremo me parece que hay un riesgo (es un riesgo para mí) de ver establecerse una dominación aplastante de la dimension oral de la poesía, en detrimento del libro e incluso de la pantalla. Eso sería una amputación y una regresión. Sin embargo, hoy hay poesía en Francia, como siempre la ha habido, muy buena poesía. Difícil o no ; que habla de todo, de vosotros, de nada ; que inventa, que renueva, que sorprende, que encanta. Se la encuentra en libros, en revistas, en registros sonoros, en vídeos. Se la encuentra en las librerías (las hay) que no han renunciado a ofrecerla, apoyarla, venderla. Leedla, copiadla, aprendedla como se hacía antaño.

Lo que acabo de escribir es para defender el punto de vista siguiente : que la poesía tiene lugar en una lengua, se hace con palabras, nada de poesía sin palabras ; que un poema debe ser un objeto artístico de idioma en cuatro dimensiones, es decir estar compuesta a la vez por una página, por une voz, por un oído, y por una visión interior. La poesía debe leerse y decir.

Jacques Roubaud
(Poète, autor, entre otras obras, de "Churchill 40 y otros sonetos de viaje. Gallimard, Paris, 2004.

Texto publicado en Enero de 2010 en 'Le Monde Diplomatique'.

Traducción: J. R. San Juan

22.6.17

Peripoética

Mientras se publican (o no) mis poemas he decidido ir difundiendo. de vez en cuando, parte del contenido no troncal de su conjunto. Así, por una parte, justifico la existencia de este blog, ayuno de posts desde hace meses, y me doy, por otra parte, la pequeña satisfacción de sacarlos a la luz, aunque sea en familia. El caso es que existan.

Los cinco poemas que siguen estan englobados bajo el título "Peripoética" para evitar emplear las expresiones 'Poética' o 'Metapoética', que siempre me han parecido algo pretenciosas. El prefijo griego 'peri' significa "cerca de", "alrededor". Así pues, estos poemas son una aproximación, o, mejor, un intento de aproximación a una poética


I 

La sabiduría empieza en el asombro.
Sócrates 

Un poeta nunca lo es más que cuando es un niño,
y todo es un milagro, una pregunta, misterio
que tiñe de una luz inefable lo real
y lo recrea como por un encantamiento.
Y todo es arrobo, éxtasis, un desconcierto,
y ni siquiera sabe dar nombre a cada cosa
ni lo añora. Cuando todo se ve
por primera vez es mucho más hermoso
de lo que será nunca, es pura epifanía
de la experiencia, secreto deslumbrador
que ya por siempre le mantendrá desvelado.
Lo inefable en puridad, sin adjetivo alguno.

Un poeta nunca lo es tanto, ni tan sincero,
como cuando el primer amor le atrapa
en su fantástica trama y consigue
dejarle sin palabras, confuso y deslumbrado
por una experiencia que nunca podrá explicar,
pero lo intenta y persiste, y fracasa y regresa,
y queda por siempre amarrado al vano intento
de hallar el nombre exacto de las cosas
y la justa expresión del sentimiento.

Un poeta jamás lo es tanto como escribiendo
inmerso en la captura de su numen,
arpegiando su espíritu en busca de la clave
de la bóveda de un firmamento imaginado:
alejado de todos, en soledad, inerme.

II 

Inocula realidad a tu poema.
Haz que exprese lo que sientes, lo que ves,
lo que piensas y condueles esta noche
cada vez más ajena a la esperanza. Canta
con todos el dolor de lo imposible
que - te auguran - es todo lo que sueñas. Blande
hasta la incandescencia tu ¡no!, tu ¡basta!
Y sobre todo sueña, esgrime la utopía,
no renuncies al único motor humano
                                                                indemne.

Tal vez estalle entre tus manos el poema,
o arda en la noche brevemente. Entonces,
aunque efímero en el tiempo y el espacio,
habrá sido luz. ¿Qué más se puede pedir
al léxico precario que nos hizo humanos?


 III 

Un pájaro nunca queda mal en un poema;
tampoco una flor, aunque la abeja la desdeñe.
Una fuente puede ser necesidad suprema:
evoca la sed, el río, lo feraz, la muerte.

¿Y qué decir de una montaña, sagrada o no?
Su altura, su dificultad ¿no son metáfora
polivalente y tentadora para aspirantes
a la elevada panorámica del Parnaso?

Mas desciende, Moisés, a la altura de los ojos
de tus semejantes, rompe las tablas que ayudan
a que flotes gozoso en lo vano, reconócete
inerme y trémulo como un niño abandonado
a merced del dolor que otros te infligen
y de las asechanzas de la muerte, escondida
tras metonimias cuales soledad y fracaso.

Y ahora, si puedes, canta.
Deberías probar. ¡Vamos!

IV 

 No te sometas al metro ni a la rima
si te apartan de la vereda elegida,
ni te dejes seducir por los acentos
que intentan convertir todo en canción.
Sé tan libre como puedas y vuela,
en alas de lo decible y de lo cierto,
hasta donde puedas, quieras y sepas.

El desorden del mundo, el fracaso, o la ira no
pueden ser abordados desde la armonía
paradójica de un texto que, so pretexto
de servir belleza y orden, todo lo congela.
Rompe, pues, cuando lo creas necesario,
el ritmo, la rima y la medida. Rompe
con las ortodoxias y los dictados de estilo.

Ruge tu cólera o arpegia tu tristeza
sin servir a otro señor que a tu alma y a tu voz.
Rompe y respira con la vida y el dolor
que el espejismo niega, pero el abismo
confirma cada siglo, cada año,
                                                      cada día y minuto.
Siempre.


Poesía es todo lo que nace antes
de que comience su labor el estro
con su ambiciosa red de signos graves
y su aleve arsenal de vagos verbos.

Es el líquido, nunca la redoma;
es el aire, aunque falten los pulmones;
es la savia que procesa la luz;
es la percepción antes que la forma.

Es herramienta del conocimiento,
 dolor por lo incierto y luz en la umbría;
 duda constante de hallar la alegría
de traducir lo inefable en un verso.

No es lo que se sabe, es lo que se busca
y jamás se encuentra. Es ardiente y fría,
es cierta o incierta, según quien la lee,
la oye o la escribe, y según el día.

Es misterio y dolor, fulgor y niebla
la poesía. De ella hay que decir
- como el poeta dijo de la rosa –
no la toques más, pues nunca es perfecta.

2.10.16

Poesía frente a represión


El pasado jueves se celebró en la librería 'La Vorágine' (mucho más que una librería en realidad) la presentación en Santander del libro 'Contra. Poesía ante la represión', recopilación de poemas de la conciencia crítica promovida mediante crowdfunding por la Coordinadora Anti-Represión de la región de Murcia.

El grupo 'Libres' y la Agrupación Escénica 'Unos cuantos' fueron en este caso los promotores del evento. Su selección de poemas incluyó los de varios autores cántabros, entre los que me encuentro junto a Nieves Álvarez, Dori Campos - ambas leyeron personalmente sus poemas - y Patricia Fernández.

En el vídeo se puede 'asistir' al acto de presentación en su totalidad. Y en él se debe destacar la contribución del grupo 'Unos cuantos', brillante en su sobriedad y con las dosis de emoción adecuadas.

Mi poema 'Sal a la calle' puede encontrarse en torno al minuto 30 de la grabación, interpretado por Miguel Simal. Por cierto, contra lo que figura en el libro y se afirmó en el acto, no es un inédito. Figura en mi libro 'Quebrantología' (Julio, 2015), dentro del epígrafe 'La ardiente paciencia'.

17.2.16

'Capotiana': Un cuestionario insólito


El escritor y crítico Toni Montesinos publica asiduamente en su blog "Alma en las palabras" las respuestas de un considerable número de escritores consultados a un cuestionario fijo tan insólito y peculiar como su autor original. Ayer llegó mi turno. Siguen su introducción y mis respuestas. 

Entrevista capotiana a José Ramón San Juan

"En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Ramón San Juan". 

- Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?

- Se me ocurre, a bote pronto, una contrapregunta: ¿Ese lugar puede ser una ciudad, una región, un país, la isla de Robinson Crusoe sin Viernes o con él? La respuesta sería muy diferente, según el caso. Puesto a considerar la opción más limitadora y claustrofóbica, creo que, hasta cierto punto, soportaría el encierro en una casa próxima al mar (preferentemente ante el Cantábrico, que ofrece espectáculos muy variados), pero con muchos libros, una enorme discoteca y una conexión de banda ancha a Internet. De la TV podría prescindir con sumo gusto.
 

- ¿Prefiere los animales a la gente?
- No, prefiero a la gente, pero según quién o quiénes, dónde, cómo y cuándo. La gente constituye una ‘fauna’ muy variada, demasiado imprevisible, así que mi preferencia no es incondicional. Si se trata de los humanos más desagradables, inquietantes o peligrosos me quedo no con los animales en general, sino con un animal concreto: mi gato. Es muy majo, aunque a veces se pone un poco pesado con sus demostraciones de cariño. 

- ¿Es usted cruel? 

- No, en absoluto. En ausencia de abuelas, diría que soy más bien bondadoso y tierno, aunque no muy expresivo en gestos. Si llego a incurrir en crueldad, ésta es meramente verbal, y se dirige a alguien que dio primero (es decir, dos veces). En ese caso, mi crueldad no es deliberada ni premeditada, pero sus efectos suelen superar a mis previsiones e intenciones, tal vez porque, de modo rápido y espontáneo, utilizo la ironía o el sarcasmo en lugar del insulto o la ofensa directa. En tales circunstancias lo lamento mucho y pido perdón. Afortunadamente esas situaciones son muy infrecuentes. 

 ¿Tiene muchos amigos? 

- Desde un punto de vista ’clásico’ (el que podría expresar la frase “quien tiene un amigo tiene un tesoro”), me temo que no. Desde un planteamiento teóricamente más contemporáneo (“los amigos son para las ocasiones”) no lo sé, ya que me resisto a poner a prueba la amistad mediante la petición de favores o privilegios. Finalmente, desde un punto de vista postmoderno y líquido, diría que tengo bastantes amigos, pero casi todos interinos, en periodo de prueba. La precariedad está en todo. 

- ¿Qué cualidades busca en sus amigos? 

- De mis amigos espero fundamentalmente una sinceridad a toda prueba, cierto grado de coincidencia en los valores y la visión del mundo, y un punto de humor sano que, en el momento preciso, le quite hierro a las innumerables razones de la melancolía. 

- ¿Suelen decepcionarle sus amigos? 

- Teniendo en cuenta lo que ya he dicho sobre la amistad, las oportunidades de defraudarme son reales, pero el daño no suele ser grave. Siempre tengo a mano la venda, y no es precisamente para mis ojos. 

- ¿Es usted una persona sincera? 

- Sí, y me temo que más de lo conveniente para mis intereses. Sólo mi natural inclinación a no hablar si nadie me pregunta, generalmente, evita que disguste o contraríe a otros y me ahorra polémicas y malquerencias. Pero cuando alguien me pregunta mi opinión recibe justamente mi sincera opinión. Eso mismo es lo que yo espero cuando pregunto. 

- ¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? 

- Leer y escuchar música (o practicarla) son las actividades de ocio más frecuentes en mi caso. Soy bastante convencional y escasamente deportivo. En definitiva: más bien sedentario.

- ¿Qué le da más miedo? 

- El mismo miedo me parece lo más terrible. Y me refiero a ese miedo reverencial, casi supersticioso, que impera en nuestras sociedades actualmente. El temor a perder el empleo, a no conseguirlo, a ser brutalmente multado por el menor motivo, a caminar solo por ciertos barrios cuando cae la noche… Estamos viviendo bajo una cierta forma de ’terrorismo de baja intensidad’ que condiciona nuestra libertad hasta extremos insólitos y limita nuestra calidad de vida. Sobre nuestros temores crecientes y contagiosos se está edificando una distopía cada vez más alejada de la democracia y del Estado de Derecho. Eso es tan pavoroso como perverso. 

- ¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? 

- La impunidad del poder financiero, en complicidad con el poder político y, en muchos casos, también con el judicial; la manipulación de la realidad y de las conciencias que realizan los ’mass media’, pero también la pasividad, la credulidad y la indiferencia de una parte no pequeña de los ciudadanos ante esa realidad. 

- Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? 

- Supongo que lo que ya hice: ser un periodista decepcionado, frustrado y cabreado la mayor parte del tiempo. Cuando he llegado a plantearme qué podría hacer si volviera a nacer he excluido el periodismo, por supuesto, pero no es fácil elegir una alternativa satisfactoria. En su día, cuando se aproximaba el momento de elegir una carrera, yo elegí Medicina, pero mis padres lo descartaron sin apelación posible: demasiado largo, demasiado caro, demasiado lejos… Podría haber estudiado Filosofía y Letras y haber sido profesor, pero no me imagino excluyendo cualquier forma de creación en mi actividad extraprofesional. 

- ¿Practica algún tipo de ejercicio físico? 

- Caminar, pero poco. A veces hago breves ejercicios de mantenimiento (o algo parecido) en el pasillo de mi casa, pero no con el fin de estar en forma, sino de desentumecerme tras una larga ‘sentada’ ante el ordenador. Patético, ya lo sé. 

- ¿Sabe cocinar? 

- Lo único que sé de cocina es freír huevos, pero, eso sí, me quedan ‘de cine’ a nivel visual y gustativo. Al menos a mi me encantan. 

- Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? 

- No puedo seleccionar a un solo personaje. Para mí hay una ’santísima trinidad” de inolvidables insuperables y me parecería injusto olvidar a alguno. Dos son escritores: Albert Camus y Julio Cortázar; el tercero es Jacques Brel, compositor y cantante. De hecho, algo he escrito sobre cada uno de ellos. A veces he pensado que habría sido estupendo conocerlos. Creo que en cierto momento del siglo pasado coincidieron viviendo los tres en París. 

- ¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? 

- Imagino que ‘Paz’. Se firma y se afirma constantemente, y siempre se hace en la confianza o con la esperanza de que sea permanente, o al menos durable. 

- ¿Y la más peligrosa? 

- ‘Amor’. “Te amo” es una expresión que se suele pronunciar de modo irreflexivo e irresponsable, da lugar a muchos equívocos y falsas expectativas y acaba causando mucho dolor en algunos casos. Nadie honesto y en su sano juicio debería pronunciarla nunca. O al menos nunca antes de que se cumplan veinte años de convivencia armónica y feliz con la persona destinataria de ese amor. 

- ¿Alguna vez ha querido matar a alguien? 

- Nunca. No me veo practicando la violencia física. Pero sí he fantaseado alguna vez con la muerte fulminante de alguien. Siempre se trataba de alguna ‘alimaña bípeda’, de esas que no pueden vivir sin hacer daño a sus prójimos. Alguna vez he visto que se les califica como ‘gente tóxica’ Creo que su desaparición no habría provocado añoranza alguna. 

- ¿Cuáles son sus tendencias políticas? 

- Utópicas. Sería partidario de un socialismo libertario que todo señala como incompatible con la condición humana, al menos en su estado actual de evolución. Cuando voto lo hago a la izquierda, pero sin ninguna convicción ni esperanza. 

- Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? 

- No sé si entiendo bien esta pregunta. Ser una cosa (u otra) es algo que no me apetece nada. Si se trata de alguna alternativa al hecho de ser una persona, supongo que ser un delfín podría estar bien. Esos animales parecen ser bastante inteligentes y pasárselo medianamente bien.

- ¿Cuáles son sus vicios principales? 

- El mayor, el tabaquismo. Me paso la vida inhalando y exhalando humo de tabaco, y, por esa razón – tras la proscripción del consumo público –, mi escasa vida social se ha visto perjudicada. El otro vicio es una curiosidad insaciable, que no malsana, que me lleva a interesarme por todo tipo de cosas. Invierto una considerable cantidad de tiempo en leer sobre asuntos que, en primera instancia, nada tienen que ver con la narrativa o la poesía. Últimamente trato de reprimir este ‘vicio’, pero sin gran éxito. 

- ¿Y sus virtudes? 

- La paciencia. Soy un impaciente nato, pero creo que he logrado controlarlo. Las virtudes, cuando no son de origen genético –y me temo que nunca o muy raramente lo son–, suponen un esfuerzo constante y exigen un nivel ímprobo de tolerancia. La tolerancia sería otra de mis virtudes posibilistas. Intento comprender a los otros y pienso que en muchos casos llego a conseguirlo, lo que no se traduce necesariamente en empatía, pero sí en respeto. Nadie es perfecto. 

- Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? 

- Una muerte por ahogamiento implica una lucha denodada por vivir, un esfuerzo por flotar, por respirar, por desembarazarse de todo lo que dificulta ambas cosas; una resistencia que – imagino – se mantiene hasta el último aliento, en el que el agua anega los pulmones. No veo en esas agónicas circunstancias una oportunidad adecuada para evocar toda la vida en un momento o para añorar los verdes campos de la infancia. Las imágenes que uno puede soñar en ese caso creo que tienen más que ver con salvavidas, troncos a la deriva, barcos cercanos o maromas salvadoras. Tal vez, con la última porción de oxígeno en el cerebro podría uno imaginarse una hermosa sirena salvadora. Eso estaría bien como alucinación consoladora.


9.12.15

Noticia de 'Quebrantología' en 'Pluma y pincel'

La publicación anual 'Pluma y Pincel', que promueve la Asociación Cultural 'Tertulia Goya' de Cantabria, da cuenta en su edición de 2015, recientemente aparecida, de la publicación de mi poemario 'Quebrantología', que fue presentado el pasado mes de Julio en la librería 'La Vorágine'. El texto es obra de Luis Alberto Salcines, y reproduce el prólogo que él mismo realizó para el libro.

Mi agradecimiento tanto a Salcines - renovado siempre - como a la dirección y a la editorial de 'Pluma y pincel'. Sólo cuando alguien habla de una obra - y más si escribe - ésta cobra existencia en el mundo real. Parece ser que 'Quebrantología' existe todavía.

27.8.15

'Lo que no te mata...', una indecencia literaria condenada al éxito

Una estridente fanfarria de ruido mediático orquesta el lanzamiento de la 'nueva' entrega de la saga 'Millenium' especialmente desde hoy, fecha elegida para el inicio de su carrera por el estrellato de los 'best sellers'. La operación de expolio ha sido 'bendecida' por los herederos del malhadado Stieg Larsson, que murió hace once años sin llegar a disfrutar las mieles - ni percibir los beneficios - del éxito comercial de su célebre trilogía (80 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo). Tampoco Eva Gabrielsson, su compañera durante 32 años de vida, ideas, proyectos y trabajo, se benefició del éxito póstumo. Con un automatismo servil e injusto a la letra de las leyes suecas la Justicia dictó que los derechos fueran a parar a las manos del padre y el hermano de Larsson, de los que éste se hallaba distanciado

Hay, en definitiva, una connotación terriblemente hiriente en la aparición del 'fake' Millenium urdido por el escritor David Lagercrantz (conocido como autor de la biografía del futbolista Ibrahimovic). Es, pura y simplemente, una ofensa a la memoria y a la obra de Larsson, promovida desde el oportunismo y la codicia, y como tal deberían sentirlo quienes celebraron en su día la trilogía que ha enriquecido a su familia.

Representantes de la intelectualidad sueca han llamado a boicotear "Lo que no te mata te hace más fuerte", pero es de temer que tal llamamiento va a ser un brindis al sol. Los devoradores de 'best sellers' raramente entran a juzgar cosas ajenas a la popularidad del libro, como la calidad literaria, la solidez e interés de la trama, o sus implicaciones políticas, sociales o morales. Quieren leer un éxito de ventas para poder decir "yo lo tengo, es buenísimo" (o no), y comentarlo con quienes comparten la misma 'filosofía' simplista y consumista.

Los 'best seller' se fabrican, y todo lo que rodea a este libro avala la posibilidad de un éxito masivo. Será un éxito indecente, pero será. Esto, el mundo, es un mercado, a fin de cuentas, y lo que no mata... engorda, que es de lo que se trata: de engordar los beneficios, por supuesto. Caiga quien caiga y se diga lo que se diga.


31.7.15

'Quebrantología', en 'El Boomeran(g)

El blog literario 'El Boomeran(g)', del grupo PRISA, da cuenta de la aparición de 'Quebrantología' en su apartado de 'Novedades'.

Junto a la ficha y una presentación sumaria de la obra, se reproduce el prólogo del libro, obra de Luis Alberto Salcines, así como algunos de los poemas del inicio del libro, correspondientes a 'Vértigo y llama'. Todos ellos tratan el tema amoroso, lo cual podría inducir a error acerca del contenido real del libro - o eso temo yo - a los potenciales lectores , pero es lo que hay. Dado que no esperaba nada, estoy encantado, especialmente tras constatar que la poesía no parece ser objeto de atención destacada en 'El Boomeran(g)'.

Quien quiera documentarse un poco más acerca de la variedad de contenidos de 'Quebrantología' puede repasar los avances publicados, precisamente con esa intención, en 'Desolaciones' antes de la fecha de la presentación, el pasado 15 de Julio en la librería 'La Vorágine':

- http://desolaciones.blogspot.com.es/2015/06/proxima-publicacion-quebrantologia.html

- http://desolaciones.blogspot.com.es/2015/06/quebrantologia-2-avance.html

- http://desolaciones.blogspot.com.es/2015/06/quebrantologia-3-avance.html

- http://desolaciones.blogspot.com.es/2015/06/quebrantologia-4-avance.html

- http://desolaciones.blogspot.com.es/2015/07/quebrantologia-5-avance.html

- http://desolaciones.blogspot.com.es/2015/07/quebrantologia-vi-avance.html


20.7.15

El libro de los sueños rotos

Con el título indicado arriba, el diario 'El Mundo' (Edición Cantabria) publica hoy un comentario sobre mi poemario 'Quebrantología', presentado el pasado miércoles en la librería 'La Vorágine' de Santander.. Su autor, Fernando Llorente, profesor de Filosofía, es autor de diversas obras de narrativa, poesía y máximas, así como un apasionado y muy activo defensor de los derechos del pueblo saharaui. Su última obra, publicada en febrero de este año, se centra precisamente en este tema. Su título: 'Tiris, espiritualidad saharaui. Conversación en Miyk'. He aquí el texto del comentario:

"El incumplimiento de unos sueños que ya se soñaron rotos, esta podría ser la tesis del poemario “Quebrantología”, de José Ramón San Juan, si no fuera porque la poesía es argumento sin argumentación. Editado por El Desvelo Ediciones con elegante sobriedad, la obra se abre con un prólogo de Luis Alberto Salcines, que prodiga versos sueltos, acompañados de una glosa, que en mi opinión le corresponde al lector, pero que bien puede servir para ponerle en situación.

    Se canta lo que se pierde, escribió Machado, al que el autor rememora en dos sentidos poemas-homenaje. “Quebrantología”, más que cantar, cuenta pérdidas como heridas, por si los versos sirvieran como puntos de sutura. Pero, no. El poeta no escribe para conocerse, función que dicen cumple la poesía, sino para decir poéticamente lo que de él sabe. Es la del amor la pérdida más dolorosa, que en su huida deja sentir su cara oculta, la soledad, como en la libertad hoza la sumisión, y en la verdad pulula la mentira, como revela en un poema. Verdad, libertad, amor: espejismos, los considera. El sujeto poético se desliza por la desesperanza, pero sin sumirse en la desesperación, no tanto porque sienta como éxito el fracaso, como porque su escepticismo existencial le llevó desde pronto a sospechar del éxito, como deja patente en sus poemas primeros, últimos de “Quebrantología”.

    Los apartados que componen el poemario se estructuran por tiempos, algunos muy alejados entre sí. Sus cinco partes corresponden a diferentes momentos vitales del autor, todos ellos transidos de un desesperanzado escepticismo. Las dos primeras, “Vértigo y llama” y “La ardiente paciencia”, transitan de la intimidad dolida en soledad, a la solidaridad con los semejantes, víctimas de poderes oscuros, destructores de sueños y de realidades. Solidaridad no exenta de denuncia y rebeldía, de resistencia contra amos y mordazas, no tanto convencido de la utilidad de cuanto diga o haga, como de que hay que decir y actuar, aun sin esperanza (Sartre). Las tres últimas partes se remontan en el tiempo, incluso hasta recuerdos escolares, y dejan constancia de que el sujeto poético ya presentía que a las expectativas la vida no respondería adecuadamente, y que de la felicidad, mejor no hablar, porque lo que se cantan son las pérdidas. O se cuentan, como las cuenta José Ramón San Juan, sin florituras, pero con el rigor de las palabras precisas, no por ello carentes de sencillas comparaciones metafóricas y al ritmo de rimas estudiadas. Y con el apasionamiento de quien sabe que sin él no se puede hacer nada grande. Y “Quebrantología” no es obra pequeña". 

 Pie de foto: Fernando Llorente.

8.7.15

'Quebrantología' (6º avance)

El próximo miércoles se presentará en 'La Vorágine' mi poemario 'Quebrantología', editado por 'El Desvelo' y prologado por Luis Alberto Salcines,.quien hará la presentación junto al editor Javier Fernández Rubio y la actriz Raquel Martín, que leerá algunos poemas de la obra. Hasta esa fecha publicaré aquí periódicamente algunas muestras del libro, que no serán tal vez las mejores, pero sí serán reveladoras -eso intento y espero- de la temática, los estilos y tratamientos de una obra que, con pausas prolongadas y algún accidente frustrante, he realizado a lo largo de casi toda mi vida.





DISTOPÍA

Desde la penúltima esquina del tiempo
que me ha sido dado te contemplo, mundo.
Sumergido en la conmiseración,
impotente ante el dolor de multitudes,
me pregunto si amanecerá algún día
la bondad del hombre por casual
e improbable pirueta evolutiva.

Si considero la historia sólo puedo
concluir desesperanza.
El simio cainita ha progresado, ya sus manos
afanosas casi tocan las estrellas,
pero su vocación genocida sigue intacta.

Evoco la Gran Guerra, la masacre
de Verdún, las trincheras enfangadas,
el terror del gas, los mudos cementerios
bajo una luna ciega y congelada.
Aquello sólo fue el atroz comienzo.
Una generación más tarde se cosecharon
nuevos sinónimos de inhumanidad: Katyn,
Auschwitz, Hiroshima, Dresde, Stalingrado,
Nagasaki, Dachau, Treblinka… Decenas
de millones de muertos por la ambición
estúpida y soberbia de unos pocos
y la fe ciega y servil de pueblos y soldados.

Al hongo nuclear lo siguió la 'guerra fría'
en conflagraciones ardientes y abominables:
Corea, Palestina, Argelia, Vietnam, Malvinas,
Biafra, Afganistán, Irak lo certifican.
Ni la civilizada Europa estuvo a salvo,
como sin espanto pudo verse en Yugoslavia.

Impune, el imperio ahora mata desde el aire,
con bombas inteligentes y drones cobardes,
mientras un secreto conciliábulo de avaros
roba a pueblos plácidos incluso la esperanza.

Y concluyo: ¿Adónde creéis que vamos,
o, mejor dicho, nos lleva esa breve
caterva de gusanos que gobierna la Tierra?
Yo os lo diré: a nuevos holocaustos,
a una distopía final de identidades
encadenadas, perplejas, emasculadas:
a la muerte de la libertad y de la historia.

No era eso lo que soñábamos, hermanos,
y es increíble que podamos seguir durmiendo.
Quienes nos sucedan escupirán
en nuestras tumbas un día su desprecio
y la historia sólo dirá en un negro futuro
que en nuestra época se enterró el sueño.

Excepcionalmente, quiero ilustrar este 'post' con una canción que dió título a mi disco 'Tierra de Nadie', publicado en 1998. La guerra de Yugoslavia, especialmente cruel e inhumana, pudo evitarse, pero la refragmentación de Europa estaba escrita en la agenda del Nuevo Orden. La canción trata de un hecho real, sucedido durante el asedio de Sarajevo.



2.7.15

'Quebrantología' (5º avance)

El 15 de Julio se presentará en 'La Vorágine' mi poemario 'Quebrantología', editado por 'El Desvelo' y prologado por Luis Alberto Salcines,.quien hará la presentación junto al editor Javier Fernández Rubio y la actriz Raquel Martín, que leerá algunos poemas de la obra. Hasta esa fecha publicaré aquí periódicamente algunas muestras del libro, que no serán tal vez las mejores, pero sí serán reveladoras -eso intento y espero- de la temática, los estilos y tratamientos de una obra que, con pausas prolongadas y algún accidente frustrante, he realizado a lo largo de casi toda mi vida.
 






Ya vamos llegando a Pénjamo,
ya brillan allá sus cúpulas…

Canción popular mexicana de Rubén Gómez


Alguien cantaba siempre canciones
                                                           mexicanas
durante la travesía desde Somo
                                                    en lancha,
cuando declinaba
                             lenta
                                    la tarde
del domingo estival y, cansados,
                                                     volvíamos
                                                                    de la playa.
Pénjamo, a punto de atracar, era obligada.


Yo, niño, creía entonces que Pénjamo era
un barrio de la ciudad dormida,
o acaso el nombre del muelle
                                                 de llegada,
y la exótica esdrújula azteca
se hizo sinónimo de retorno
                                              indeseado,
frustrante, a la rutina tediosa
                                               y grisácea.


Melancólico Pénjamo
                                    en una España
plana de encefalograma,
                                         aplastada
en las tardes bajo el serial
y el padre Peyton
                             en la radio,
hipnótica letanía de ora pro nobis,
de miedos innombrables,
frustraciones y renuncias
siempre silenciadas
bajo montañas nevadas de hastío.


El sol, los árboles, la playa,
las canciones
                      decían entonces,
                      como siempre, libertad
en los domingos irrepetibles
del verano de mi infancia,
pero el sol decreciente
                                      desmentía
el mensaje del canto y recordaba
que el estío se termina;
que lo gris
                es lo más cierto
                                         hasta el alba
de una primavera
eternamente aplazada.






26.6.15

'Quebrantología' (4º avance)

El 15 de Julio se presentará en 'La Vorágine' mi poemario 'Quebrantología', editado por 'El Desvelo' y prologado por Luis Alberto Salcines,.quien hará la presentación junto al editor Javier Fernández Rubio y la actriz Raquel Martín, que leerá algunos poemas de la obra. Hasta esa fecha publicaré aquí periódicamente algunas muestras del libro, que no serán tal vez las mejores, pero sí serán reveladoras -eso intento y espero- de la temática, los estilos y tratamientos de una obra que, con pausas prolongadas y algún accidente frustrante, he realizado a lo largo de casi toda mi vida.





10-XI-2010 (MEMORIAL)


Se llamaba Juan Álvarez y tenía
cuarenta y cinco años y familia.
Vivía, mientras fue vida su tiempo,
en un Hospitalet gélido y yermo.

Hasta que la crisis le aplastó fue electricista.
Después llegó el humillante desempleo.
Agotó su subsidio y su esperanza
y, derrotado, abandonó su piso
                                                     de alquiler.

Luego ocupó una vivienda pública
                                                          vacía
(¡pública, pero vacía!
¿quién lo entiende?)
                                   ilegalmente
(eso asegura la justicia ciega).
Cuando el juez ordenó su lanzamiento
(así lo llama el léxico legal)
él se lanzó a la muerte en su locura.

Antes pidió a quien debía
más humanidad, una moratoria,
ayuda y comprensión. Todo
fue inútil, ya nadie le escuchaba ni veía.

Se ahorcó en un parque cercano
a la vivienda que se le negaba.
En el último acto de la tragedia
evitó pasar desapercibido.

Fue el primero de una terrible lista
que, con más miedo que amor o pudor,
se oculta al conocimiento del público.

¡Caiga su sangre sobre las cabezas
de los usureros y sus cómplices!
¡Ojalá sea cierto que hay infierno
para que ardan en él eternamente!

Su nombre era Juan; su apellido, Álvarez.
No lo olvidéis. Él fue el primero. Nadie
ha pagado por llevarle a empellones
de indiferencia hasta la muerte. Nadie.


19.6.15

'Quebrantología' (3º avance)








El 15 de Julio se presentará en 'La Vorágine' mi poemario 'Quebrantología', editado por 'El Desvelo' y prologado por Luis Alberto Salcines . Hasta esa fecha publicaré aquí periódicamente algunos de los poemas que integran el libro, que no serán tal vez los mejores, pero sí serán reveladores -eso intentaré y espero- de la temática, los estilos y tratamientos de una obra que, con pausas prolongadas y algún accidente frustrante, he realizado a lo largo de casi toda mi vida.







LO QUE PERDURA

No me entregues pasión si tú no quieres,
                                                                 si no sabes
                                                                                    o no puedes.
Y sobre todo, no intentes fingirla.
                                                      Inimitables
son el fuego, el fulgor en la mirada,
el vértigo ardiente de la sangre.

No me entregues, pues, pasión.
                                                    Dame ternura.
Eso nunca bastará, pero consuela.
Abandona sobre mí
                                tu cabeza,
                                                 toma mi mano.
                                                                       Caminemos,
mi brazo en tus hombros,
                                          el tuyo en mi cintura,
hacia cuando no éramos
                                         o sólo no sabíamos
que el amor más que certeza
                                               es duda;
que la pasión se extingue;
que tal vez sólo perdura
—tras la tortura del tiempo—
cálida, pálida, suave
y asexuada, la ternura.


15.6.15

'Quebrantología' (2º avance)



El próximo mes -desconozco aún la fecha,  pero será seguramente en la primera quincena- se presentará mi poemario 'Quebrantología', editado por 'El Desvelo' y prologado por Luis Alberto Salcines. Hasta esa fecha indeterminada publicaré aquí periódicamente algunos de los poemas que integran el libro, que no serán tal vez los mejores, pero sí serán reveladores -eso intentaré y espero- de la temática, los estilos y tratamientos de una obra que, con pausas prolongadas y algún accidente frustrante, he realizado a lo largo de casi toda mi vida. Esta es la segunda entrega.







PODER Y DEBER

No, me dices, no se puede
poner puertas al campo.
No se puede
almenar el hogar ante el acoso
de mentiras y mercados.

No, tal vez no, pero se debe
mantener alta la guardia,
apagar el televisor o contestar
a gritos su discurso enajenante.

Sí, se puede y se debe resistir
de modo activo, vigilante,
                                             lúcido;
se puede y se debe
cuestionar las falacias en público
y en privado. Ser consciencia
incandescente, sin desmayo,
aunque todo parezca inútil,
aunque te tome por loco
                                           el vecindario.

Es preciso recuperar la ira.
Y si nunca se conoció, buscarla
(está, junto al miedo, en algún lugar
                                                             que nos negamos);
esgrimir la justa indignación
como instrumento
frente al constante insulto
                                            del poder
a nuestra inteligencia y dignidad,
y despertar a gritos al durmiente
antes de que todos nos tornemos
esclavos, zombis o alucinados
                                                      mutantes.

La dignidad no se improvisa
ni se imposta. Se funda
y se mantiene activando
la conciencia,
                         alimentando
su llama sin pausa ni reserva.

Otra cosa es connivencia,
complicidad aquiescente,
rendición, culpa, vergüenza.
Otra cosa es, en resumen,
la muerte antes de la muerte:
la derrota personal y global
de toda la esperanza.



10.6.15

Próxima publicación: 'Quebrantología'





El próximo mes -desconozco aún la fecha,  pero será seguramente en la primera quincena- se presentará mi poemario 'Quebrantología', editado por 'El Desvelo' y prologado por Luis Alberto Salcines. Hasta esa fecha indeterminada publicaré aquí periódicamente algunos de los poemas que integran el libro, que no serán tal vez los mejores, pero sí serán reveladores -eso intentaré y espero- de la temática, los estilos y tratamientos de una obra que, con pausas prolongadas y algún accidente frustrante, he realizado a lo largo de casi toda mi vida..






NECESIDADES ESENCIALES

Dije Amor y me mostraron
mendaces sucedáneos.
Grité Libertad y servidumbre
                                                  propusieron.
Luego aventuré Verdad,
                                          simplemente,
—como si lo simple fuera
                            algo más
                                             que una mera tontería—
y se partieron de risa
las estrellas
                     y las sombras
convocaron una orgía.

Hoy, tantos años después
de las fatales
                        decepciones
                                               augurales
y de la frustración nunca asumida,
reexamino el centro
de mi mándala
                           risible
                                      y repito
mi mantra sin fatiga:
Amor,
           Libertad,
                           Verdad.
El eco inverso de la historia
y el oscuro presente,
implacables, me responden:
Soledad,
                 Sumisión,
                                   Mentira.

Esa es la realidad que todos
conocemos
pero es la que todos soñamos
                              la que cuenta.
Nada es más posible que lo improbable,
como prueba la historia sorpresiva,
y la renuncia al sueño
—¿hace falta repetirlo?—
es la negación del Hombre, su muerte
                                                                definitiva.


8.1.15

Premio a 'Olivier o el secreto'

El galardón al libro mejor editado en 2013, concedido por el Gobierno de Cantabria, ha correspondido a ‘Ediciones El Desvelo’ por ‘Olivier o el secreto’, de Claire de Duras. Ignoro los criterios utilizados, pero quiero pensar que, además de sopesar la realización material del libro –siempre impecable, cuando se trata de ‘El Desvelo’-, el contenido, del que soy en gran medida responsable, ha tenido algo que ver. Más allá del valor de la traducción, que no presentó apenas problemas, si excluimos algunos arcaísmos y referencias propias de la época (principios del S.XIX), me siento especialmente satisfecho del trabajo de investigación y documentación realizado, que se materializa en el prólogo, el epílogo y las notas del libro, muy convenientes para comprender al personaje principal de la obra (la condesa de Nangis) y el azaroso momento histórico que vivió su autora.

En fin, que me siento también premiado, junto al editor, Javier Fernández Rubio, y al ilustrador, Javier Jubera. Creo que hicimos un buen trabajo y es agradable que se reconozca. El premio fue decidido el pasado 12 de dieiembre, pero hasta hoy no lo hemos conocido. Cosas que pasan.

Ver el blog de 'El Desvelo'

20.3.14

Llanto por la cultura española



Los malos tiempos no lo son sólo en lo económico y social. La ruina no deja rincón sin explorar ni títere con cabeza, y también la cultura, aunque no lo parezca, es un bocado sustancioso para los gigantes empresariales, cuando éstos disfrutan de una saneada situación financiera, como es el caso del grupo Penguin Random House (propiedad de Bertelsmann en un 57% y de Pearson en un 43%). El Grupo Editorial Santillana, otrora matriz original del difunto imperio PRISA y pretérito mascarón de proa de la cultura hispánica dentro y fuera de la península, se ha entregado a los lobos globales por la cifra casi irrisoria de 72 millones de euros. Santillana sólo retiene la división de libros educativos, de la que proceden más del 80% de sus ingresos actuales. El resto es fracaso.

Nombres tan señeros como Aguilar, Alfaguara o Taurus pasan a manos extranjeras y no son los primeros, pues, vía Bertelsmann y Mondadori, el grupo Penguin Random House tenía ya en su poder Plaza y Janés, Grijalbo y Editorial Sudamericana, entre otras editoriales hispánicas. Esto es una derrota irreversible para la cultura española y para su influencia en Latinoamérica, Brasil, Portugal y EE UU. Podríamos ahora cuestionar la desmedida ambición y falta de lucidez y de prudencia del grupo PRISA, o la deficiente gestión específica de Santillana, pero es demasiado tarde para todo, incluso para el pataleo. Tendremos que admitir que, del mismo modo que España gestionó pésimamente su imperio mientras lo tuvo, nuestra entrada en la globalización tiene las mismas características que las de un elefante en una cristalería: un destrozo sin parangón.

Se me dirá que no es para tanto, que la absorción no va a suponer que dejen de editarse libros en castellano, que se reediten parcialmente algunos catálogos, que se descubra a nuevos valores, e incluso se traduzcan con mayor frecuencia a otros idiomas... Ya veremos, dijo un ciego. Lo evidente, por el momento, es que Penguin Random House se ha hecho, a precio de ganga, con un mercado potencial de 500 millones de personas que no se ha sabido rentabilizar desde la casa-madre del idioma. También es evidente que el grupo beneficiario tiene un horizonte global como meta (incluso están ya en China) y unos planteamientos netamente crematísticos y multimediáticos, que priman la venta de millones de ejemplares de un determinado título (best seller) sobre la búsqueda de la calidad, que, con frecuencia, es para ellos un hallazgo casual y afortunado.

Bertelsmann es un emporio con poderosas ramificaciones en el periodismo impreso ( 'Gruner + Jahr') y en la televisión (Grupo RTL), en la música (BMG), en la industria de la impresión (Be Printers) e incluso en la Subcontratación de Procesos de Negocios ('Aravato'). Pearson, por su parte, tiene su significativo origen en el negocio de la construcción (siglos XVIII y XIX), terreno en el que fue una de las mayores empresas internacionales. El capital generado se dirige hacia el mundo editorial en la segunda década del S.XX y hoy, tras haberse apoderado -entre otras editoriales- de 'Penguin' en Reino Unido y de 'Simons&Schuster' en EE UU, es la principal editorial del mundo en el terreno educativo y dueña del grupo 'Financial Times'. Ellos sí lograron hacer real el sueño de Jesús (del Gran Poder, como era conocido) Polanco.

¿Se imaginan la que se montaría si esto sucediera en la  Francia de la 'excepción cultural' y del mimo a los creadores? 

¿Qué se puede esperar de un país como el nuestro, que está atacando a su propia cultura con un IVA desorbitado?. 

Cada día es más triste ser español. Y más que nunca es cierto el diagnóstico de Larra: escribir en España es llorar.