El libro "Olivier o el secreto", de Claire de Duras, se halla desde ayer a la venta en las librerías (ver listado). Con este título, Ediciones El Desvelo, en su colección Malentendido, completa la difusión en castellano de las tres principales obras de la escritora aristócrata francesa, ya que con anterioridad habían sido publicadas en nuestra lengua 'Ourika' y 'Edouard' por otras editoriales.
En tanto que traductor de la novela y autor del prólogo, el epílogo y las notas que la acompañan, sería impropio que yo hiciera su elogio, pero creo que sí es imporante destacar la significación de su autora, olvidada durante un siglo y medio. Sólo a partir de los años 70 del pasado siglo una relectura de su corta producción literaria la redescubre como una mujer adelantada a su tiempo por su sentido de la 'alteridad' (aproximación e identificación con el 'otro', el marginado por su raza -'Ourika'-, clase -'Edouard'- o sexualidad -'Olivier o el secreto'-).
Claire de Duras, mantenedora de uno de los principales salones de París, fue una mujer fuerte y apasionada, cuya vida se forjó desde muy joven en la adversidad y que, pese a ser aristócrata, absorbió y adoptó el espíritu de la Ilustración en una Francia sacudida por fuertes convulsiones durante la época en la que le tocó vivir. Sin duda por ello, cuando tardiamente decidió escribir se interesó especialmente por 'la pared de cristal' que menciona en 'Olivier o el secreto': "nos vemos, nos hablamos, nos acercamos, pero no podemos tocarnos".
Fotografía: el formidable roble de Beauval, tótem simbólico en torno al cual se desarrolla la historia narrada en 'Olivier o el secrteto'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario