25.2.11

El lunes, a la venta

El lunes estará a la venta en las librerías 'Un fracaso ineludible y otros relatos'. Eso me dice el editor de El Desvelo, Javier Fernández Rubio, que inicia el segundo año de vida de la editorial con una apuesta.doble por autores noveles, uno de los cuales -yo- peina canas más que merecidas.

Suena, pues, la hora de la verdad, el momento en que la criatura sale a la calle  e inicia su destino; el punto de inflexión a partir del cual deja de pertenecer a su autor en exclusiva para ser de cuantos lo lean, o, lo que es lo mismo, lo recreen. Es difícil sentirse tranquilo y confiado en esta coyuntura, pero tampoco parece oportuno inquietarse por lo que ya no depende de mí. La suerte está echada.

Vengo relatando en este blog, en el que nació el proyecto, lo sustancial del proceso seguido a partir del momento en que el libro salió de mis manos. A quienes quieran conocer la génesis previa les remito al prmer post. Seguramente lo que cuento ahí no es tan elocuente acerca del contenido del libro como algunos querrían, pero, como digo en otro lugar, me resulta muy difícil describir lo que se describe a sí mismo.

Imagino que en el acto de presentación oficial, el 19 de marzo en la Biblioteca Central, tendré que dar detalles complementarios y debo estudiar con detenimiento cuáles para no desentrañar lo que línea a línea y párrafo a párrafo he querido que fuera significativo, pero no tanto que adelante acontecimientos o simplifique situaciones y personajes.

El Desvelo Ediciones prepara como reclamo promocional unos marcapáginas gratuitos, de los que reproduzco aquí el envés del correspondiente a 'Un fracaso ineludible y otros relatos', que me envió el editor. No se si una vez reducido a la escala conveniente será legible el texto de Ramón Qu. Me temo que para mi pobre vista no.

Considero un deber dar las gracias a quienes las merecen de modo especial, aparte de Javier Fernández Rubio. Mi agradecimiento a Mada Martínez, coeditora de 'El Desvelo', a quien temo que conseguí marear con mis envíos sucesivos de correcciones. A Adela Gil, que me ayudó especialmente con su revisión minuciosa del extenso relato que encabeza el libro. A Ramón Qu, que con su visión sagaz y experta leyó y releyó los relatos hasta conocerlos casi mejor que yo mismo.

Y por supuesto, gracias anticipadas a cuantos se acerquen a sus páginas, cerrando así el círculo de una creación que sin ellos carecería de sentido.

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