El lunes estará a la venta en las librerías 'Un fracaso ineludible y otros relatos'. Eso me dice el editor de El Desvelo, Javier Fernández Rubio, que inicia el segundo año de vida de la editorial con una apuesta.doble por autores noveles, uno de los cuales -yo- peina canas más que merecidas.Suena, pues, la hora de la verdad, el momento en que la criatura sale a la calle e inicia su destino; el punto de inflexión a partir del cual deja de pertenecer a su autor en exclusiva para ser de cuantos lo lean, o, lo que es lo mismo, lo recreen. Es difícil sentirse tranquilo y confiado en esta coyuntura, pero tampoco parece oportuno inquietarse por lo que ya no depende de mí. La suerte está echada.Vengo relatando en este blog, en el que nació el proyecto, lo sustancial del proceso seguido a partir del momento en que el libro salió de mis manos. A quienes quieran conocer la génesis previa les remito al prmer post. Seguramente lo que cuento ahí no es tan elocuente acerca del contenido del libro como algunos querrían, pero, como digo en otro lugar, me resulta muy difícil describir lo que se describe a sí mismo.Imagino que en el acto de presentación oficial, el 19 de marzo en la Biblioteca Central, tendré que dar detalles complementarios y debo estudiar con detenimiento cuáles para no desentrañar lo que línea a línea y párrafo a párrafo he querido que fuera significativo, pero no tanto que adelante acontecimientos o simplifique situaciones y personajes.El Desvelo Ediciones prepara como reclamo promocional unos marcapáginas gratuitos, de los que reproduzco aquí el envés del correspondiente a 'Un fracaso ineludible y otros relatos', que me envió el editor. No se si una vez reducido a la escala conveniente será legible el texto de Ramón Qu. Me temo que para mi pobre vista no.Considero un deber dar las gracias a quienes las merecen de modo especial, aparte de Javier Fernández Rubio. Mi agradecimiento a Mada Martínez, coeditora de 'El Desvelo', a quien temo que conseguí marear con mis envíos sucesivos de correcciones. A Adela Gil, que me ayudó especialmente con su revisión minuciosa del extenso relato que encabeza el libro. A Ramón Qu, que con su visión sagaz y experta leyó y releyó los relatos hasta conocerlos casi mejor que yo mismo. Y por supuesto, gracias anticipadas a cuantos se acerquen a sus páginas, cerrando así el círculo de una creación que sin ellos carecería de sentido.
Ayer tuve un dia tan ajetreado como disperso. Una de esas jormadas -afortunadamente raras- que, a causa de la hiperactividad no programada, uno termina agotado y con la sensación frustrante de no haber podido hacer todo lo que quería y debería.. Entre las tareas aplazadas, y no precisamente la última en jerarquía, estaba la atención a este blog, en el que me he propuesto dar cuenta de todas las incidencias relativas a 'Un fracaso ineludible y otros relatos'.
La noche anterior, cuando asistía a un concierto en el 'Rubicón', había tenido información detallada de que otro diario cántabro, 'Aquí', había dado cuenta, el sábado pasado, de la próxima aparición del libro, pero la novedad fundamental fue que mi editor se hizo presente fugazmente en su coche para entregarme desde la ventanilla, bajo la lluvia, el primer ejemplar. Fue una escena propia de un algún argumento sobre espías o narcotraficantes. Yo quería verlo ya, en cuanto supe que estaba disponible, y Javier Fernandez Rubio tenia el tiempo justo para dar satisfacción a mi imperiosa ansiedad.
Como objeto físico, el libro no pasará desapercibido. Su portada, en rojo y negro -mis colores preferidos, junto al verde-, atrapa la atención visual desde lejos. Más de cerca se aprecia la belleza y la originalidad de una especie de 'damasquinado floral' urdido mediante comas y puntos, signos cuya utilización como objeto 'abstracto' caracteriza a la colección 'El legado del barón', que no por nada ha sido finalista en los premios Visual de Diseño Gráfico. En el título, la autora del diseño, Carmen Quijano, ha optado por primera vez en esta colección por un fondo (en negro) de concepción dodecagonal, en una evolución que ha pasado hasta ahora por el círculo puro en 'B' y el hexágono en 'Lola Dinamita' y 'La Partida'.
Aunque yo no destaco por ser especialmente sensible a las cualidades organolépticas de un libro confieso que las de éste -y no por ser mío- me han encantado.
Finalmente, debo dar las gracias a Paco Gijón, viejo compañero de la formación de música folk y de cantautor 'Canción del pueblo', por su información sobre este libro en su sección del diario 'Aquí', que actualmente se distribuye en esta región encartado en cada ejemplar de 'Público'. Me ha deparado una inesperada alegría.
La edición cántabra del diario 'El Mundo' daba ayer noticia de la publicación de 'Un fracaso inevitable y otros relatos', así como del poemario 'Saì Gòn', de Pablo Escribano, con los que 'El Desvelo Ediciones' abre su programación de 2011. Para mi, en tanto que periodista, constituye una experiencia singular verme descrito y 'calificado' en una información de prensa. Singular y en cierta medida incómoda porque los adjetivos no dejan de parecer a quienes los reciben una celda -en el peor de los casos- o un discutible rótulo clasificatorio con los que no cabe otra actitud que la aceptación.
Ahora comprendo mejor las inquietudes de otros autores y editores ante el paisaje mediático, del que inevitablemente depende, en gran medida, el destino de su obra. También comprendo, simultáneamente, que eso es lo que hay; que es ilusorio esperar que alguien describa lo que se describe a sí mismo sólo a través de la lectura (el libro). Ni yo mismo me atrevería a intentarlo y sé además que no debo, no sólo porque carezco del necesario distanciamiento para que se me pueda atribuir la más mínima presunción de objetividad sino también a causa de la ya mencionada paradoja de describir lo que se describe a sí mismo.
A esta vana y escrupulosa disqusición en la que me he sumergido los periodistas responden del modo que se espera de ellos: escribiendo un texto con base en los datos de que disponen y haciéndolo con la mejor voluntad. De hecho los autores y los editores no esperan de los medios otra cosa que el que den cuenta de un nacimiento que de otro modo pasaría desapercibido para mucha gente. El hecho de tener por primera vez la experiencia de estar del otro lado de donde solía ha motivado en mí estas reflexiones (seguramente prescindibles) que traslado al blog en mi propósito de ir dando cuenta en él de cuanto suceda en relación con 'Un fracaso ineludible y otros relatos'.
Nadie entienda lo escrito como peyorativo para los medios informativos y/o críticos. Muy por el contrario, soy absolutamente consciente de que su papel de mediación con el público tiene una importancia esencial e insustituible. Es el puente que pone en contacto -al menos potencial- al autor con el lector. Esa ha sido siempre mi convicción y prueba de ello es que, mientras pude, mantuve un suplemento cultural en el que el objetivo prioritario era poner bajo el foco realidades ocultas, así como obras y autores ignorados, marginados e incluso perseguidos por una Dictadura empeñada en enmudecer a sus enemigos. En aquel suplemento, por cierto, debutaron personas que hoy constituyen una sólida referencia en el panorama cultural como Rosa María Pereda, Luis Alberto Salcines, Antonio Montesinos, Fernando Gomarín o Dámaso López García, entre otros, a los que aprovecho para expresar mi agradecimiento por su generosa colaboración en aquellos años de ilusiones y esperanzas.
Soy de los que creen que la redacción definitiva de un texto 'la hace' siempre, sin excepciones, cada lector con su percepción personal, su sensibilidad y su imaginación, y en consecuencia a su juicio me someto. La suerte está echada. Mejor dicho, estará echada cuando se distribuya el libro, para lo cual todavía quedan algunos días (*).
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*) Un sms del editor me revela que mañana miércoles tendrá los libros en su poder, una vez terminada la fase de encuadernación.
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Hace algo más de cuatro años inicié en este blog la publicación de una serie de relatos que iban a plantearse sobre la base común de la desolación, entendida en su sentido más amplio y connotando los matices más frecuentes en la vivencia desolada del presente: soledad, frustración, desesperanza, hastío, sensación de fracaso... Aparte de ese compromiso 'temático' tan general y potencialmente extenso sólo existían unos puntos de arranque para cada relato que se podrían calificar como anecdóticos. En mi brevísima nota sobre el proyecto, hecha sólo para no olvidarlos con el paso del tiempo, la referencia a cada narración se limitaba a una sola palabra: 'Playa', 'Encuentro' "Ceniza"...
La gestación de todos los relatos tiene en común la carencia de un plan previo sobre su desarrollo. Por alguna razón que soy incapaz de explicar ni explicarme completamente, cuando imagino una historia en sus detalles esenciales, incluido el final, la descarto. Al contrario que en el artículo periodístico o en el 'post' de un blog, asocio la creación literaria con la aventura y el placer. Permitir que el relato avance 'por sí mismo' y fluya sin cauces marcados ni metas expresas, me permite disfrutarlo en cada frase y ese gozo se convierte en irrenunciable. Los protagonistas toman vida autónoma y se someten a unas circunstancias de las que sólo soy responsable parcialmente. En cierto modo ocurre como en la escritura poética, que yo al menos soy incapaz de concebir sin la libertad esencial que surge de un ‘impromptu en el que se mezclan los sentimientos, reflexiones y vivencias que habitan a su autor, convocados acaso por un primer verso, un punto de arranque que se diría generado por arte de magia.
Sólo uno de los cinco relatos que incluye este libro llegó a publicarse íntegro en el blog: el titulado "Amores reñidos" , que desde entonces mantuvo un enlace al 'pdf' (leer/descargar) en esta misma página. Se trata de una metáfora irónica y es más 'desenfadado' y 'amable' que el resto. El prologuista, Ramón Qu, lo ve "en clave de humor negro" y no es mi propósito discutirlo, pese a la resistencia instintiva que tengo a las etiquetas.
Las razones para abandonar en su día la publicación (y también la escritura) de este blog, ahora remozado, fueron dos: una situación laboral 'complicada' y la extensión que iba tomando el segundo de los relatos, entonces titulado "Secuelas de un día de sol de primavera", que ahora, con otro título, encabeza y pone nombre al libro.
Pocos meses antes de sustanciarse mi pre-jubilación, Javier Fernández Rubio y Magdalena Martínez me citaron para comunicarme su iniciativa editorial, El Desvelo, y compartir reflexiones al respecto, pero también para saber si tenía algo publicable. Les conté mi proyecto 'Desolaciones' y su estado letárgico y les prometí terminarlo cuando las circunstancias me lo permitiesen y ponerlo a su disposición. El pasado día 8, martes, Javier me llamó para comunicarme que el libro ya está editado y que se apresta a preparar su presentación una vez que la distribución nacional se haya completado, lo cual se prevé para finales de este mes.
Lo cierto, según me entero hoy, es que faltaba la fase de encuadernación, que concluirá el próximo martes. La fecha de la presentación oficial aún no está cerrada, aunque parece probable que se celebre a mediados de marzo en la Biblioteca Central. Buena oportunidad para que quienes, al igual que yo, aún no conocen su sede tengan un primer contacto con esta instalación, que, según me cuentan "está muy bien".
Aunque parezca gratuito debo decir que me siento orgulloso y satisfecho de que este libro vea la luz y muy agradecido a la confianza que me han demostrado los editores. Sólo espero que los lectores encuentren en sus páginas el mismo placer que a mí me ha deparado escribirlas.
