27.8.15

'Lo que no te mata...', una indecencia literaria condenada al éxito

Una estridente fanfarria de ruido mediático orquesta el lanzamiento de la 'nueva' entrega de la saga 'Millenium' especialmente desde hoy, fecha elegida para el inicio de su carrera por el estrellato de los 'best sellers'. La operación de expolio ha sido 'bendecida' por los herederos del malhadado Stieg Larsson, que murió hace once años sin llegar a disfrutar las mieles - ni percibir los beneficios - del éxito comercial de su célebre trilogía (80 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo). Tampoco Eva Gabrielsson, su compañera durante 32 años de vida, ideas, proyectos y trabajo, se benefició del éxito póstumo. Con un automatismo servil e injusto a la letra de las leyes suecas la Justicia dictó que los derechos fueran a parar a las manos del padre y el hermano de Larsson, de los que éste se hallaba distanciado

Hay, en definitiva, una connotación terriblemente hiriente en la aparición del 'fake' Millenium urdido por el escritor David Lagercrantz (conocido como autor de la biografía del futbolista Ibrahimovic). Es, pura y simplemente, una ofensa a la memoria y a la obra de Larsson, promovida desde el oportunismo y la codicia, y como tal deberían sentirlo quienes celebraron en su día la trilogía que ha enriquecido a su familia.

Representantes de la intelectualidad sueca han llamado a boicotear "Lo que no te mata te hace más fuerte", pero es de temer que tal llamamiento va a ser un brindis al sol. Los devoradores de 'best sellers' raramente entran a juzgar cosas ajenas a la popularidad del libro, como la calidad literaria, la solidez e interés de la trama, o sus implicaciones políticas, sociales o morales. Quieren leer un éxito de ventas para poder decir "yo lo tengo, es buenísimo" (o no), y comentarlo con quienes comparten la misma 'filosofía' simplista y consumista.

Los 'best seller' se fabrican, y todo lo que rodea a este libro avala la posibilidad de un éxito masivo. Será un éxito indecente, pero será. Esto, el mundo, es un mercado, a fin de cuentas, y lo que no mata... engorda, que es de lo que se trata: de engordar los beneficios, por supuesto. Caiga quien caiga y se diga lo que se diga.